martes, 6 de noviembre de 2012

Aprender filosofía haciendo filosofía



Por Laura Fernández, antropóloga. 

Estudiar no es un acto de consumir ideas, si no de crearlas y recrearlas”
Paulo Freire.



Uno de los objetivos de la educación es que sea capaz de promover un conjunto de ciudadanos críticos, responsables y participativos capaces de tomar las decisiones acertadas sobre su futuro y el de su sociedad. Pero, ¿hemos conseguido alguna vez este objetivo? ¿Nuestro modelo educativo produce sociedades justas y solidarias? ¿Crea una ciudadanía crítica y responsable?

La filosofía, por sus características, ocupa un papel crucial en la consecución de estos objetivos: ayuda a desarrollar una capacidad de abstracción y unas actitudes de escucha y diálogo imprescindibles en este mundo globalizado y multicultural. Éste es el objetivo de muchos profesores de filosofía: enseñar a sus alumnos a pensar por sí mismos, que aprendan filosofía haciendo filosofía. Acercarles la materia con el objetivo de que después ellos sean capaces de incorporarla a sus vidas como una valiosa herramienta para desentrañar y meditar acerca de los problemas del ser humano.

Uno de los métodos más aplicados y con mayor repercusión en esta línea es el de Filosofía para Niños. Su creador, el filósofo y educador estadounidense Mathew Lipman (1922-2010), convencido de que la filosofía es una herramienta imprescindible para hacer pensar a los niños, ideó este programa con el objetivo de formar personas críticas y creativas capaces de conformar una sociedad verdaderamente democrática. Su intención fue desarrollar el pensamiento crítico o la razón de cada individuo. Esta razón o pensamiento reflexivo garantiza la libertad de pensamiento y por tanto las libertades civiles que se expresan a través de la democracia, donde el bien común se realiza mediante el intercambio de ideas, el respeto y la escucha.


Fotograma de la película Sólo es el principio
 
Su método se basa en la transformación del aula en un taller creativo donde, a partir de material aportado, se reflexiona y se dialoga sobre aspectos filosóficos. El aula se convierte en una auténtica comunidad de investigación donde unos aprenden de otros, todos crean y aportan ideas con las que enriquecerse y desarrollar un pensamiento autónomo. Aquí el papel del docente se relega a un segundo plano, es un guía; su misión es sembrar en los alumnos la idea de que han de ser ellos mismos la autoridad en sus propias vidas.

Y de esto va la película documental francesa Sólo es el principio donde Pascaline, maestra de maternelle, alrededor de una vela reúne a sus alumnos de 3 y 4 años para poner en práctica el diálogo filosófico. Nos sorprendemos al ver cómo estos niños aprenden a razonar, a reflexionar, a respetar las ideas de sus compañeros y a debatir sobre temas tan esenciales como la amistad, el amor, la muerte… Entre todos hacen filosofía y se asienta el germen de unos futuros ciudadanos cívicos, tolerantes y dialogantes. No olvidemos que ellos son nuestro futuro y mucho más ahora cuando esta coyuntura de crisis económica, social y de valores nos empuja a revalorizar los aspectos éticos y culturales de la educación si anhelamos una futura sociedad justa, solidaria y auténticamente democrática.

2 comentarios:

  1. Hola me llamo Henar y soy profe de plástica en ESO. Te felicito, sinceramente, por tu blog que me ha encantado y, créeme, que lo voy a "usar" y mucho.
    No creas que las clases, por lo menos en mi caso, se diferencian mucho de las que expones en tu entrada, pero las cosas, muchas veces no son tan fáciles...por lo menos en mi caso.Se intenta crear un ambiente para el fomento de la creatividad, opiniones y expresión de cada persona... Mis alumnos viven una edad difícil, y es una generación a la que se le ha consentido y se le consiente todo, a la que le parece "difícil" cualquier cosa que les suponga "esfuerzo" a la que la falta de valores, la poca base cultural, el hacer alarde de los malos modales , la ignorancia y la insolencia está a la orden del día...sé que no todos son así,...pero, quizá "los normales"(y aunque haga esta mala distinción aquí no quiero decir con ello que crea en buenos y malos o normales-adoctrinados y no normales...es para "entendernos en la conversación) aún esos den más pena por falta de motivación, de "pasar" porque han tenido que convivir con estos"revientaclases" toda su vida de estudiante...
    Estos "revientaclases"a los que no les importa que las clases de pintura sean al aire libre, o que intentes combinar "tradición y tecnología"(proyecto que estoy intentando dar ahora Thyssen-Nintendo)...créeme, además, si te digo que en la docencia hay muchas "mentes inquietas" de más de sesenta años(y al paso que vamos con más de 70) a los que sí nos importa nuestro trabajo , lo vivimos porque es nuestra vocación , nuestra pasión...a pesar de estos "sinsabores"a los que hay que añadir las presiones de la burocracia ministerial, de programaciones impuestas sin sentido, de direcciones no muy buenas...de falta de consideración a las Enseñanzas Artísticas en mi caso, incluso por los propios compañeros...Me he preguntado muchas veces si el fallo estaba en mí, he llorado mucho, he trabajado mucho...aquí estoy con la casa sin barrer y la comida sin preparar porque sólo quería estar cinco minutillos para buscar una cosilla para la próxima clase...
    Estamos en ello
    Espero que algún día sepamos, entre todos...docentes, alumnos, familias(sobre todo) e instituciones...llegar a esa futura sociedad de la que hablas que estará entonces, seguro, basada en una buena Educación.
    Un beso
    Henar
    http://henarte.blogspot.com.es/2012/06/como-dar-clase-de-plastica-y-no-morir.html

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Henar. Nos encanta sentir la pasión de los educadores por su trabajo, es la clave para el cambio educativo.
      El equipo misait.

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