martes, 9 de octubre de 2012

La falta de movimiento y su relación con los problemas de atención en el aula

Por Sara Justo, maestra Waldorf

Foto de Sara Justo

Hace tiempo que padres y maestros observamos que, algunos alumnos, tienen serias dificultades para concentrarse, prestar atención y, sobre todo, dejar de moverse en el aula.

Y sin embargo, es asombroso observar a muchos de estos niños realizando un trabajo físico, como por ejemplo, tallar madera o realizar equilibrios, pues lo hacen con la mayor atención y concentración.

Esta observación nos hizo reflexionar a los maestros de la escuela donde trabajo, y darnos cuenta de que algunos problemas de atención y concentración son, en realidad, una petición de algo diferente. Los niños nos están pidiendo movimiento.
En una sociedad cada vez más sedentaria, apenas caminamos, y la mayoría de los trabajos ya no requieren el uso de las habilidades físicas. Muchos niños han cambiado jugar en el parque por la videoconsola y los juegos de ordenador. Casi todas las actividades de la vida moderna tienen más que ver con el uso de la mente que con el uso del cuerpo.

¿Y qué sucede con toda esa energía que tenemos dentro? ¿Qué pasa cuando no empleamos nuestra fuerza vital? O al revés, ¿cómo nos sentimos después de pasar el día entero caminando por la montaña?

Es fácil hacer la prueba, un día que sintáis ansiedad o muchos nervios, podéis probar a dar un largo paseo de varias horas y observar cómo os sentís después.
Y también se puede probar en el aula. En mi experiencia, correr con los alumnos diez minutos cada mañana antes de empezar, ha tenido como resultado una gran serenidad al aula y una mayor concentración posterior, a la hora de escuchar y entender. Incluso hemos probado a hacer un poco de yoga cada mañana, y además de que les encanta, les ayuda a tener mayor control sobre su cuerpo y, por lo tanto, prestar atención y comprender.

A esto se le añade el beneficio de entrar en una dinámica distinta de la habitual, en la que el maestro y los alumnos hacen algo juntos, algo que no tiene tanto que ver con la mente, si no con el equilibrio, con el tacto, con la orientación espacial. Esto permite que se perciban cosas que en el contexto del aula no se ven y, además, fortalece el vínculo entre el alumno y el maestro y entre todos los alumnos, convirtiéndose en una experiencia de aprendizaje diferente.

En mi opinión, todo el tiempo empleado en realizar una actividad física con los alumnos, revierte en una mayor asimilación de los contenidos y una mejor disposición hacia la escucha. Y tiene como efecto secundario para el maestro, un momento de relajación y expansión que le hace recuperar fuerzas perdidas y el entusiasmo por su profesión.

1 comentario:

  1. muy importante realmente es que se aplique la activacion fisica en el aula antes de iniciar la clase durante 10 minutos y el resultado de la clse posteriormente es formidable,a mi me ha funcionado muy bien con los peqes de primer grado.

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