Por Jesús Vázquez Viedma. Co-fundador de misait.
Es increíble cuánto pensamos o comentamos con amigos o conocidos el cómo ha influido nuestra educación para formar lo que hoy somos o anhelamos ser, como cuando éramos pequeños no entendíamos el porqué de estudiar tanto, de tener que ir al cole cinco días por semana, de encima hacer deberes al llegar a casa y sobre todo de pasar el calvario de controles y exámenes que, estábamos seguros, no nos iban a servir para nada y en parte, no nos han servido de mucho... La gran mayoría siempre hemos estudiado días (u horas) antes del examen y una vez soltada toda la lección en unas cuantas hojas, parecía como si se nos olvidara por completo, ¿o se nos olvidaba de verdad? Yo no recuerdo casi nada de geografía española, no sabría situar a casi ningún río en la península y a duras penas sabría decir quienes formaban la Generación del 27... Entonces, ¿el método de estudio en aquel entonces era adecuado?
Lo cierto es que no tengo hijos ni sobrinos que me hagan ver como es la educación hoy en día pero creo que no dista mucho de la que se está ofreciendo a los hijos de hoy, y escribo este artículo para que si alguien tiene algo que decir al respecto, lo haga, porque está claro que la mía solo es una opinión.
Después de estudiar en un colegio privado (muy privado), pasé a un instituto y de ahí a la universidad, estos dos últimos públicos, por lo que creo haber tocado varios palos de la baraja de la educación española y he de decir que mucho no se diferenciaban. En casi todos los casos tuve profesores algo motivados, aunque en su gran mayoría lo estaban poco o nada. Esto, ¿provocado por? ¿El sistema educativo que se les imponía? ¿Los niños o adolescentes, casi siempre sin modales, a los que tenían que impartir clase?