jueves, 30 de agosto de 2012

Disfruta de los alimentos con los cinco sentidos



Comer es una necesidad básica, pero también un placer en el que cada sentido entra en juego. Por eso, cuando alguno de nuestros sentidos no está al cien por cien puede provocar que no acabes de disfrutar de lo que comes. Por ejemplo, cuando estás resfriado y tienes la nariz tapada no notas el sabor de los alimentos, y lo mismo ocurre si fumas.

Pero los condicionantes físicos no son los únicos que pueden hacer que sientas una comida más o menos sabrosa. El estado de ánimo también condiciona la percepción de la comida. Y para demostrártelo nada mejor que este ejemplo: imagínate en una fiesta, relajado y contento. Posiblemente valorarías la comida mucho mejor que si tomaras el mismo menú durante tu descanso laboral del mediodía, pensando en todo lo que tienes que hacer por la tarde y casi sin tiempo para saborear lo que comes. Las preocupaciones y el estrés provocan que no se tengan los sentidos puestos en la comida.


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