No
estoy en contra, para nada, de los libros de texto, no puede estarlo como
docente que soy y alumno que fui, no estoy en contra de todo aquello que pueda
valer para transmitir e impulsar el saber y la cultura y evidentemente los
libros de texto han sido y son herramientas imprescindibles para el saber, la
cultura y la educación.
Si
estoy en contra del uso abusivo que se hace de los libros de texto, si
estoy en contra de que todo el proceso de enseñanza-aprendizaje gire en tornos
a un libro de texto, si estoy en contra de que las grandes decisiones
sobre lo que se enseña, cómo se enseña, cuando se enseña y cómo se evalúa
sean tomadas al pie de la letra por lo marcado por el libro de texto, de
que se confunda el libro de texto con currículum, en pocas palabras, estoy en
contra de que el libro de texto se haya convertido en el "amo"
de la clase.
Si
miramos solo veinte años hacia atrás apenas habían
alternativas, en una cultura analógica el saber la cultura, la información, en
su mayor parte se presentaba en formato impreso, solo las editoriales y
grupos mediáticos eran los transmisores de la información y generadores
de contenidos, hoy en la sociedad digital del siglo XXI, el saber, la
información, además de en los libros, circula por la red y es facilmente
accesible a un par de clic de ratón y lo mejor de todo, se ha democratizado la
capacidad para generar contenidos y difundirlos por la red. Si estoy es así y
creo que lo es, no es posible que en los centros educativos si sigan utilizando
los libros de texto como hace 20, 30, 40 años, no tiene sentido.