jueves, 24 de noviembre de 2011

Ejercicios practicos para vivir sin miedos



La respuesta es positiva cuando se trabaja la confianza en uno mismo y se aprende a interpretar cualquier circunstancia como una oportunidad aunque sea adversa.

Verónica de Andrés y Florencia Andrés autoras del libro “Confianza Total” señalan que todo dependerá del lugar donde se coloque la confianza personal. Esto es, en uno mismo o en las cosas, personas o situaciones que no dependen de uno.

Ahí está la clave.

“Si percibimos al mundo como algo amenazante y mi felicidad depende de cosas externas, como que alguien me descubra, me ame o me otorguen una buena nota, iremos perdiendo nuestra confianza”, explica Verónica de Andrés.

Pero, ¿cómo tener confianza en uno mismo cuando se ha perdido?

Para ello, proponen un entrenamiento diario, que va en ponerse pequeñas metas diarias, al principio, y luego proyectarse a través del tiempo sobre cómo quiero ser o estar, dejando al un lado los miedos y volviendo al estado inocente de los niños cuando comienzan a descubrir el mundo y están imbuidos en un estado de apertura por conocer y explorar.

“Cuanto tenemos dos años de vida, logramos los aprendizajes más extraordinarios, nos mostramos al mundo, podemos hablar en 5 idiomas, nos ponemos de pie, hablamos, y esto a pesar que no están hechas todas las conexiones neuronales.

Esos avances se logran porque no tenemos miedo al error y estamos preparados para descubrir y sanar enigmas en absoluta confianza de que nada puede pasar”, añade la co-autora.

Sin embargo, la situación se complica cuando en estado adulto, empiezan los miedos y los pensamientos negativos magnifican las emociones, las distorsionan y la vida se comienza a vivir como una carga.

Salir del estado negativo

Verónica y Florencia son madre e hija y expertas en técnicas de coaching, inteligencia emocional y liderazgo. Con su libro, más que teorías conocidas entregan ejercicios prácticos que buscan subir la autoestima y generar una permanente motivación para vivir mejor.

Por ejemplo para devolver la confianza, indican cuatro pasos:

El primero es saber lo que quiero aunque sea un sueño. El definirlo se complica ya que, por lo general, las personas saben lo que no quieren y no lo que quieren.

El segundo, es trabajar sobre la conversación interior. Qué cosas me digo, son palabras de aliento o desaliento. “Esto tiene que ver con saber que yo puedo llevar adelante ese sueño, porque no me sirve que lo diseñe y no me crea merecedora ni capaz de hacerlo”.

El tercero es ponerse en acción. Más allá de hablar del sueño, decir cosas lindas hay que ponerse a trabajar y no rendirse por cansancio al primer intento. “Saber que la satisfacción significa suficiente acción. Y para no cansarme y permanecer sin bajar lo brazos, pongo los ojos en la meta no en los obstáculos”. En ese sentido, sostienen que ahí está la libertad de reinterpretar lo que sucede. ¿Los obstáculos son impedimentos para llegar a la meta o sólo pasos necesarios para llegar a donde quiero?

El cuarto paso será la perseverancia. “Hay que tener en cuenta que cuando uno planta una semilla, la riega y cuida inevitablemente en su debido momento dará sus frutos”.

Agregan, las autoras argentinas que además de estos cuatro pasos, la celebración es un ritual que debe acompañar cada llegada a la meta.

“Festejar y agradecer a las personas que nos han acompañado a alcanzar nuestros sueños para luego recién ponernos la próxima meta. De esta forma, la confianza irá creciendo ilimitadamente hasta el ultimo día de nuestras vidas”. 

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