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| Foto de Gregory Colbert |
De las definiciones que podemos encontrar de la palabra “educar” creo que la que más me gusta es “encaminar”.
El sistema educativo está en crisis, y no me refiero sólo a los recortes, estoy hablando de valores. Parece que mantenemos los mismos sistemas que tuvieron nuestros abuelos, sólo que ahora sin regletazos en las manos.
No creo que la opción sea descalificar la educación actual pero sí que debemos replantearnos qué valores estamos fomentando, buscar alternativas y otras formas de comunicar, por suerte ya van surgiendo iniciativas que plantean esto como Misait. Es seguro que hay que fomentar la participación, estimular la astucia y la curiosidad, etc. y dar lugar a una educación donde se valore y respete a las personas por encima de todo.
Siento que muchas veces tratamos de adoctrinar; decimos a los demás cómo tienen que hacer las cosas: “esto es así” y lo hacemos pensando que esa es “la” manera de hacerlo pero en realidad esa es “nuestra” manera de hacerlo; puede haber otras muchas e imponiendo nuestra opción lo que hacemos es perder la oportunidad de aprender también nosotros, de ver las cosas desde otro punto de vista.
Sin embargo, si lo que hacemos es acompañar a la otra persona en el aprendizaje, incitándole a investigar, adaptándonos a sus necesidades e inquietudes, será un camino que construimos juntos y será mucho más fructífero para ambos.
No hablo exclusivamente de la educación de los niños, aunque es cierto que con ellos nos sale más instintivamente el roll de educadores por el hecho de sacarles unos años de ventaja, pero si no les damos la oportunidad de descubrir o de equivocarse será mucho más difícil que lo integren.
Ellos nos ganan en inocencia e imaginación, son grandes maestros que nos ayudan a replantearnos esos patrones que nosotros repetimos de forma automática.
Eso sí, normalmente requiere un poquito más de paciencia pero también más satisfacción ;)
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