Por Fe Sánchez
La práctica del yoga infantil está recomendada para niños y niñas a partir de los 3 o 4 años.
Para niños de menor edad también existen centros donde se imparten clases de yoga para bebés. En ellas, los papás participan en la actividad, estimulando a sus bebés con suaves movimientos, estiramientos, masajes etc., práctica que favorece una estrecha comunicación con el bebé desde los primeros días de vida.
Aunque los niños no practicarán ni acudirán a las clases de yoga de la misma forma ni por las mismas razones que los adultos, pueden aprovechar los numerosos beneficios de esta práctica milenaria, como son la relajación, la mejoría de la atención, el aumento de la capacidad de concentración y el autocontrol.
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Foto: Mantella |